POR LOS ALREDEDORES DE JACA
Continuando con nuestras andadas cercanas a Jaca, podemos disfrutar de un paseo sencillo y sin dificultades de nivel, apto para toda la familia, ya que todo su recorrido es prácticamente llano, y que no nos llevará más de un par de horas. Además de disfrutar con el entorno natural, conoceremos algunas bellezas arquitectónicas de la zona.
Salimos desde el Banco de la Salud, al principio del Paseo de la Cantera, en dirección norte hacia Francia, por el camino de Santiago que al principio va entre arbustos y más adelante paralelo a la carretera; pasaremos por la ermita de San Cristobal y enseguida alcanzaremos el Puente de las Grajas; está todo bien señalizado y no hay pérdida; lo cruzaremos y desde allí tomaremos una pista asfaltada entre arboles donde se hace agradable el caminar; a escasamente 1 km. nos toparemos con una pequeña central eléctrica y desde allí tomaremos la senda que nos lleva a la orilla del río, por la parte alta, y cuyo camino discurre ente campos hacia la carretera de Asieso, cerca del Puente Nuevo.
Este recorrido es muy habitual entre los jaqueses y puede hacerse en los dos sentidos, ya que recorre la ribera del río Aragón por ambas orillas. También puede hacerse en bicicleta de montaña.
Desde allí continuaremos la carretera en subida hasta Asieso con bastante pendiente, ya que el pueblo está en un alto. Más o menos a 600 metros nos encontramos con una pequeña iglesia románica, muy bien conservada. Se trata de la Iglesia de San Andrés, ejemplo de la influencia lombarda, en la etapa inicial del románico en esta comarca. Desde allí tenemos unas bonitas vistas del monte Rapitán, de Jaca con el monte Oroel al fondo y el valle del Aragón hacia Puente La Reina.
Desde Asieso podemos continuar el camino, entre campos de cereal, hacia Guasillo. No nos estamos alejando mucho, apenas estamos a 4 kilómetros de Jaca. Decir que esta pedanía también cuenta con una bonita iglesia, la de San Adrian, que aunque es un edificio renovado en el siglo XVIII, conserva el antiguo campanario medieval, datado del siglo XI. Desde aquí podemos regresar por la carretera, estrecha pero medianamente bien asfaltada, con precaución aunque habitualmente no tiene mucho tráfico. Después de 1,5 km aproximadamente nos encontraremos con un camino a mano derecha, que nos va a llevar hasta el Puente de San Miguel, monumento emblemático de Jaca sobre el río Aragón.
En buen estado de conservación por haber sido restaurado en varias ocasiones, vamos a dar algunos datos sobre él. Aunque no se ha establecido fehacientemente la fecha de su construcción, por sus características arquitectónicas, lo sitúan en la época bajomedieval (siglo XV). Este puente sirvió durante varios siglos para comunicar Jaca con los valles occidentales del Pirineo (Aisa, Hecho y Ansó), y también formaba parte de una de las rutas complementarias del camino de Santiago, que transcurre por la margen izquierda del río. Es uno de los pocos puentes medievales que se conserva en el Pirineo Aragonés. Fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1943 y actualmente es Bien de Interés Cultural.
Tiene casi 100 metros de longitud y al cruzarlo nos damos cuenta de su elevada altura hasta el cauce, su arco central ojival tiene 17 metros; y su alzado no es simétrico, ya que apoya mayormente su estructura sobre la orilla derecha, más alta. Se completa con dos arcos más pequeños que funcionan como aliviaderos en caso de avenidas. Lo recomendamos siempre como visita obligada en Jaca.
Una vez que lo dejamos atrás, nos encaminamos en subida a Jaca por la senda que nos lleva al “Rompeolas”, el pequeño mirador que hay al final del Paseo de la Constitución, y desde donde tenemos unas buenas vistas del valle.
En resumen, un pequeño recorrido de media mañana para conocer un poco más el campo de Jaca, fácil para hacer en familia, y que por su cercanía al centro, nos permite volver pronto para la comida, siempre aconsejable en la Arrocería Oroel o en La Trattoría del Gran Hotel.