Hoy hablaremos de un imprescindible en tu visita a Jaca, la Estación Internacional de Canfranc, situada en el municipio del mismo nombre, cerca de la frontera con Francia.

La Estación Internacional de Canfranc, de impresionante belleza y elegancia, fue inaugurada en el año 1928 y fue el complejo ferroviario más importante construido a principios del siglo XX en España y el segundo más importante de Europa después de la estación alemana de Leipzig.
La estación surgió debido al deseo de unir Francia y España atravesando los Pirineos por Somport (un puerto de montaña de los Pirineos). Con este fin ambos países firmaron varios acuerdos, siendo el primero el del año 1904, que fue sucedido por diversos convenios y protocolos posteriores que marcaron las líneas de actuación.
En un principio, la estación tenia que construirse del lado francés, pero los ingenieros (especialmente los franceses) vieron la dificultad y la enorme suma económica que supondría levantar la estación en Francia, así que finalmente se decidió que la estación se construiría en el lado español. Otra gran dificultad la supuso el ancho de las vías, ya que el ancho de las vías españolas era mayor, 1.67 metros, frente a las vías francesas que seguían el ancho internacional de 1.44 metros. Finalmente se llego a un acuerdo y de un lado de la estación se construyeron los tramos de vías de ancho internacional y del otro lado de ancho español con un segmento de ancho mixto. El edificio en si era compartido, servía de enlace, frontera y aduana y desde el vestíbulo principal, la mitad era suelo francés y la otra mitad, suelo español.
Debido a su emplazamiento, en las montañas y al trascurso del río Aragón, los ingenieros tuvieron una serie de problemas adicionales, ya que no había una base llana para levantar la estación y las vías. Por ello tuvieron que desviar el curso del río Aragón e igualar el terreno, moviendo la tierra. A lo largo del tiempo se plantaron más de ocho millones de pinos para sostener el terreno y frenar las avalanchas de nieve.

Entre 1909 y 1910 las compañías Midi Francés y Norte de España presentaron el proyecto de la estación internacional. En 1915 se concluyeron las obras del túnel ferroviario, en 1923 se iniciaron las obras de la estación según el proyecto del ingeniero Fernando Ramírez de Dampierre, proyecto que fue modificado por el Ministerio de Fomento que decidió sustituir la mampostería de las fachadas por hormigón. En diciembre de 1924 el proyecto reformado ascendía a más de tres millones de pesetas de la época, casi medio millón más de lo presupuestado inicialmente. Las obras duraron cinco años, tras los cuales el nuevo edificio se inauguró en 18 de julio de 1928, en presencia de Alfonso XIII, rey de España y Gaston Doumergue, presidente de la República francesa.

Este colosal proyecto de ingeniería era justificado porque albergaba en el mismo espacio todas las necesidades de un paso internacional de la época: taquillas, oficinas de ambas operadoras del servicio, dependencias de policía, hacienda, enfermería, cafetería, telégrafo público, hoteles, bibliotecas, correos y bancos de cada uno de los países. Todos estos espacios tenían letreros bilingües en francés y español.
El Edificio
Desde un punto de vista arquitectónico, la estación consta de un edificio principal (con 241 metros de longitud, 12.5 metros de ancho, 75 puertas y 365 ventanas), muelles para trasbordo de mercancías y el deposito de maquinas. El edificio está formado por siete piezas independientes y en el centro se encuentra el edificio principal de viajeros, qué posee una impresionante cúpula. En la planta baja, debajo de la cúpula central se encontraba el vestíbulo, donde se situaban las taquillas y las ventanillas de información para viajeros. También en la planta baja se situaban el restaurante del Hotel Internacional, las oficinas de las compañías de ferrocarriles del Norte y del Midi, los servicios aduaneros y los telégrafos, correos y servicios médicos. Desde aquí había una gran escalera de madera para acceder al Hotel Internacional, los espacios de administración de las dos compañías y treinta viviendas donde se alojaban los empleados de la estación.

Más que un edificio, una verdadera leyenda
En el año 1936 empezó la Guerra Civil Española y la Estación Internacional de Canfranc se convirtió en un lugar estratégico de alto interés. Con la imposición de la dictadura de Franco, se tomó la estación de Canfranc y hasta 1939 (inicio de la Segunda Guerra Mundial), se tapó el túnel que conectaba con Francia para evitar deserciones y exilios desde España y la llegada de apoyo desde Francia. Mientras que el túnel estaba tapado, para impedir el paso de cualquier ofensiva desde Francia, se creó un corredor de búnkeres llamado Organización Defensiva del Pirineo o Linea P (4.000 búnkeres bajo los Pirineos).
Entre 1940 y 1945, la estación cerro el trafico de viajeros y llegaron los Nazis a la parte francesa de la estación, junto con un grupo de oficiales de la SS y miembros de la Gestapo, que residían en el hotel de la estación y en el pueblo. España era neutral y la llegada de los Nazis, provoco altercados con los militares españoles que protegían la frontera española. Como en toda situación de guerra, las fronteras aunque definidas, seguían sin estar definidas, así que la estación se convirtió en un entramado de espías que venían de todas partes: la resistencia francesa entraba por Canfranc con la ayuda de amigos españoles, los judíos que huyan del horror de los Nazis se escondían en las casas del pueblo de Canfranc, los alemanes que se oponían al régimen querían exiliarse, etc.
Aparte de ser una zona de caos, esta área fue marcada por el contrabando en aquella época. Por Canfranc transitaban los trenes que transportaban el wolframio que los Nazis utilizaban para reforzar el acero de sus tanques y a cambio entraban en España toneladas de oro provenientes de Suiza. Al parecer, 22 toneladas de oro y 4 toneladas de opio fue el pago que Hitler le hizo a Franco por el wolframio, que procedía de las minas de Galicia. Así mismo en el año 2000 se encontraron entre las vías del tren, unos documentos que mencionaban el contrabando de 87 toneladas de oro Nazi.
El 27 de marzo de 1970 la estación se cerro al trafico internacional debido al derrumbe del puente de L’Estanguet por el descarrilamiento de un tren de mercancías francés. Aparentemente el descarrilamiento fue producido por un fallo en el sistema eléctrico, pero cuentan que este accidente no fue casual, sino que fue planificado por la compañía ferroviaria francesa que tenia muchas perdidas.
La Estación Internacional de Canfranc hoy en día
A pesar del accidente de 1970 y su cierre de las líneas en Francia, la estación sigue funcionando en la parte de las vías de España y transporta pasajeros y mercancías con Renfe en el trayecto Canfranc – Jaca – Huesca – Zaragoza.
Tras varias rehabilitaciones que empezaron en el año 2005, esta previsto que la estación de Canfranc y el túnel que une la estación con Francia se re-abran en un futuro. Hasta entonces y desde el año 2014, el edificio original de la Estación Internacional de Canfranc puede visitarse en tours guiados. Las entradas se pueden reservar por teléfono: 974373141 y en la plataforma digital de entradas habilitada en www.canfranc.es.
Te invitamos a visitar Jaca y descubrir por ti mismo las increíbles leyendas que se esconden entre los imponentes muros de la Estación Internacional de Canfranc, cuya belleza es inestimable.